Es necesario vivir la vida desde un continuo activismo gestado desde las reacciones fisiológicas que provocan algo tan interesante y necesario como la alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, acompañada de cierta conmoción somática. Acelerar el pulso o disminuirlo, incrementar el rendimiento de ciertas glándulas o incluso el cambio de temperatura corporal, son síntomas que acompañan a nuestras reacciones emocionales. Es entonces cuando aparece la ira, el amor, el miedo… O nuestro mundo subjetivo, por medio de la memoria, la asociación o la introspección, provoca la consiguiente reacción frente a los mencionados impulsos.
Las emociones deben jugar siempre una partida ganadora frente a la indiferencia.
Las emociones deben jugar siempre una partida ganadora frente a la indiferencia.
El Argonauta Enmascarado.
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