.jpg)
Efectivamente, entender el envejecimiento, pasa hoy por aceptar que no existe ningún programa para morir. Examinando a la persona agónica, realmente vemos que sus células intentan que el cuerpo siga vivo. No se rinde. De hecho, ciertamente, algunos órganos (corazón, riñón,…) siguen vivos durante unas horas, hasta el punto de sobrevivir si se introducen en un cuerpo activo. Otra cuestión es que, a medida que envejecemos, es más difícil conseguir sobrevivir.
Con estos planteamientos sumergidos en el campo de la ciencia, ¿podrá el mundo salir airoso frente al hermetismo de ciertos postulados emitidos desde la órbita del pensamiento metafísico?
El Argonauta Enmascarado.
<< Home