Entre todo lo que se puede hacer para sentirse vivo, es fundamental poder expresar el mundo creativo de alguna forma capaz de producir en nuestro interior la catarsis necesaria e imprescindible para lograr sentir el dulce escalofrío de la existencia. Seguramente nada puede mesurar mejor el sentimiento de la vivencia activa como notar, a flor de piel, las sensaciones que nos produce la propia creación. Entendiendo esta como la expresión de nuestra interpretación subjetiva y puntual de la experiencia y el sentimiento. Es el lenguaje que mejor expresa lo que nuestro interior construye desde el silencio de la sutil trama de la propia doctrina, ideario e interpretación del mundo que nos rodea.
Normalmente, no hay pretensiones ocultas, ni sibilinas, en la libre manifestación de nuestra invertebrada creatividad.El Argonauta Enmascarado.
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