Comúnmente la avaricia se define como ese afán de codicia que hace a las personas que, por desgracia, sufren de esta flaqueza se priven incluso de lo necesario con tal de engrandecerla. Hablar de “necesario” vulgarmente es hablar de cosas materiales, pero ¿qué ocurre cuando trasladamos este contenido al ámbito de la abstracción, del sentimiento?
Si consideramos que nuestro mundo interior debe funcionar con unos mínimos “necesarios” y si pretendemos no caer en la flaqueza de la avaricia inmaterial, no debemos dudar en ser generosos incluso con nuestras necesidades abstractas.
La avaricia inmaterial también destruye las sendas que vamos trazando para intentar ser felices.
Si consideramos que nuestro mundo interior debe funcionar con unos mínimos “necesarios” y si pretendemos no caer en la flaqueza de la avaricia inmaterial, no debemos dudar en ser generosos incluso con nuestras necesidades abstractas.
La avaricia inmaterial también destruye las sendas que vamos trazando para intentar ser felices.
El Argonauta Enmascarado.
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