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No es necesario ni aconsejable vivir expuestos a las radiaciones que emanan de los entes que se creen que esta existencia justifica el concepto que hemos acuñado como “felicidad” en la idea, extremadamente contradictoria, de que nuestro espacio está ocupado por los que disfrutan con el dominio y poder. Y los que se rinden ante estos indeseables efluvios. Existe otro camino hacia la cordura perdida.
Compartir sin ahogar las expectativas vitales de los demás, es una forma justa y razonable de afrontar la existencia.
El Argonauta Enmascarado
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