No es posible la reflexión fructífera sin el debido ánimo apacible y sosegado. Ni tampoco es aconsejable confundir la reflexión como un apartarse de la realidad que nos envuelve, seguramente llena de dificultades propias de la vida misma, causantes de tristeza, irritación, depresión, …
Hay que entender los problemas sin engrandecerlos o minimizarlos. No debemos mesurar más desesperación de la cuenta. Todos nos enfrentamos a situaciones difíciles que solicitan remedios que, en ningún caso, deben afrontarse desde la errónea posición del perdedor.
La serenidad es la forma más inteligente de afrontar la resolución de situaciones complicadas sin hacer uso de la precipitación y la impaciencia.
Utilizar el buen ánimo para mitigar las contrariedades y contratiempos de nuestra existencia, es la mejor manera de solucionar o suavizar las situaciones complicadas de la vida.
Hay que entender los problemas sin engrandecerlos o minimizarlos. No debemos mesurar más desesperación de la cuenta. Todos nos enfrentamos a situaciones difíciles que solicitan remedios que, en ningún caso, deben afrontarse desde la errónea posición del perdedor.
La serenidad es la forma más inteligente de afrontar la resolución de situaciones complicadas sin hacer uso de la precipitación y la impaciencia.
Utilizar el buen ánimo para mitigar las contrariedades y contratiempos de nuestra existencia, es la mejor manera de solucionar o suavizar las situaciones complicadas de la vida.
El Argonauta Enmascarado.
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