El agua es sinónimo de vida. Y la vida es del ser humano, solamente por el hecho de serlo. Acaparar el líquido elemento como propiedad consustancial, susceptible de ser mercantilizada, por un cierto sector humano, imponiendo –casi por decreto- la decisión de su uso y su despilfarro, es, una vez más, otro hecho reprochable y miserable de esa “otra humanidad” que, bajo los criterios impuestos forzosamente, gracias al poder económico, contribuyen a que el derecho al uso equitativo del mencionado componente natural, siga siendo una utopía.
Es una cínica falacia entender que no malgastarla es cosa de todos, cuando su uso no responde a los principios de igualdad.
Cabe seguir trabajando por un futuro en el que toda la Humanidad, responsablemente, utilice un líquido que es de todos y todas. Un líquido inherente a la vida. Un líquido que es la propia vida.
Nadie puede apropiarse de la vida. El agua es vida. Preservémosla equitativamente.
Día 22 de marzo: Día mundial del agua.
Cabe seguir trabajando por un futuro en el que toda la Humanidad, responsablemente, utilice un líquido que es de todos y todas. Un líquido inherente a la vida. Un líquido que es la propia vida.
Nadie puede apropiarse de la vida. El agua es vida. Preservémosla equitativamente.
Día 22 de marzo: Día mundial del agua.
El Argonauta Enmascarado.
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