Nuestra existencia está ocupada por el universo de la creencia. Creemos empíricamente cuando todo nuestro conocimiento nos induce a reflexionar, atendiendo a unos postulados que nuestro pensamiento asume como ciertos. Pero creer también supone formular hipótesis bajo el amparo de convencimientos que van más allá de toda certeza.
Cada persona interpreta los contenidos de su propia “base de datos”, de manera que conceptos tan abstractos como la felicidad, son mesurados en función del bagaje cultural e intelectual que poseemos. Las creencias entendidas como puro idealismo son tan dispares en cada individuo como dispares son las necesidades subjetivas.
Cada persona construye su propia percepción de la felicidad.
Cada persona interpreta los contenidos de su propia “base de datos”, de manera que conceptos tan abstractos como la felicidad, son mesurados en función del bagaje cultural e intelectual que poseemos. Las creencias entendidas como puro idealismo son tan dispares en cada individuo como dispares son las necesidades subjetivas.
Cada persona construye su propia percepción de la felicidad.
El Argonauta Enmascarado.
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