La delicadeza debe inundar, en ocasiones, el tratamiento de ciertas situaciones que pueden herir sensibilidades, si pretendemos acometerlas, careciendo de la elegancia propicia para no someter al receptor a una desagradable situación o sufrimiento innecesario. Acometer recuerdos o situaciones no deseadas, sin la finura ni diplomacia adecuadas, pueden ser acciones crueles para quien las padece y, a su vez, hechos que definen muy negativamente a las personas que las realizan.
La finura y elegancia frente a lo desagradable es la acción que mejor define a las personas poseedoras de sutil exquisitez de comportamiento.
La finura y elegancia frente a lo desagradable es la acción que mejor define a las personas poseedoras de sutil exquisitez de comportamiento.
El Argonauta Enmascarado.
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