A menudo vemos la vida desde el silencio de la noche, cuando todo es una puro desvelo y esperamos la frescura de un nuevo amanecer. Mientras tanto, los silencios y las soledades se cantan escritos en un papel, respirando los secretos que revela la quietud antes de nacer nuevamente la luz. El apetecible silencio nos incita a desgranar recuerdos que parecen los aromas de un perfume singular. En la cuna de la noche, donde todo se transforma en muda y limpia desnudez, arrullamos la existencia.
Cuando todo está durmiendo, junto al mar de los luceros, la palabra, desnuda, baña su cuerpo, temblando de lucidez.
Cuando todo está durmiendo, junto al mar de los luceros, la palabra, desnuda, baña su cuerpo, temblando de lucidez.
El Argonauta Enmascarado.
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