
El procura no derramar ni una gota de su turbia y ya difuminada fuerza, para que la puerta del inevitable ocaso no le engulla en la monótona panza del devenir indiferente y repleto de un decepcionante conformismo, invadido por la edad de la voz cansada.
No debe haber rendición alguna ante el ineludible navegar de la comprometida existencia mientras el bajel pirata no llege al puerto de la absoluta certeza.
El Argonauta Enmascarado.
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