Las musas derraman su arte en el jardín de los sentidos con intensidad y energía. Los sonidos y silencios se entretejen sucesivamente. Armónicamente van llenando con ímpetu y excitación las esquinas del alma. Nos sitúan en el campo del ferviente receptor de ternura y absorbemos incondicionalmente toda la delicadeza que invierten cuando sus sensaciones acarician nuestra sensibilidad.
Derraman belleza, tranquilidad, serenidad, paz… Son el significado y significante universal que conceptualiza el sentir de su creador y alimentan el espíritu del apasionado receptor.
Como dijo Nietzsche:
Derraman belleza, tranquilidad, serenidad, paz… Son el significado y significante universal que conceptualiza el sentir de su creador y alimentan el espíritu del apasionado receptor.
Como dijo Nietzsche:
“Sin música la vida sería un error”
El Argonauta Enmascarado.
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