
Con resignación, acometeremos nuevamente el incomodo trance de las odiadas despedidas, la triste caducidad de la vida y la inminente preparación de un nuevo letargo. Una rueda sin fin que gira procurando enseñarnos una lección que, seguramente, vamos aprendiendo forzosamente.
Es saludable asumir la imposición de nuestro espacio desde los cuatro rincones del alma.
El Argonauta Enmascarado.
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