En el arduo camino irracional del control de nuestros impulsos mentales más inconscientes, como en el de dotar a todo nuestro mundo real del idealismo moral necesario capaz de modelar nuestra complicada personalidad, el “super yo” trabaja para obtener un adecuado éxito que se traduzca en resultados equilibrados en lo referente a nuestra forma de ser y actuar. Un abuso de éxito o fracaso del “super yo” sobre el “id” (ello) puede convertirse en resultados que manifiesten personalidades rígidas e inhibidas o antisociales. El “ego” (yo) debe regular las demandas de uno y otro. La conciencia racional procura, por el camino de la moral, controlar proporcionadamente los excesos de la inconsciencia irracional. Ahora bien, no todas las conductas impuestas por la sociedad siguen los mismos códigos éticos y morales. Y no todos los códigos son los verdaderos. ¿O qué me dicen, entonces, de las FALSAS MORALES?...
Imagen: Manipulación gráfica.
El Argonauta Enmascarado.
<< Home