Alma, eres principio de conocimiento amparada por la prudencia necesaria para definir la sustancia racional. Das la fuerza indispensable para superar la adversidad y conseguir las metas propuestas. Otorgas la templanza imprescindible para moderar los placeres y las pasiones.
Mas allá de las racionales entrañas que controlan el corazón irascible y concuspicible, venero tu eternidad e inmortalidad desde la intrínseca esencia material del cuerpo. Amén.
Mas allá de las racionales entrañas que controlan el corazón irascible y concuspicible, venero tu eternidad e inmortalidad desde la intrínseca esencia material del cuerpo. Amén.
El Argonauta Enmascarado.
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