El conformismo es la forma más monótona y aburrida de obrar y proceder, tanto en el campo de la producción artística como en la vida en general. Hacer las cosas como se tiene costumbre supone no dar opción al ensayo. Es llenar de un racionalismo excluyente nuestras decisiones y anular la espontaneidad. Si queremos colmar nuestra vida de originalidad, curiosidad e independencia no debemos caer en la resignación. Nuestra mente es capaz de reproducir percepciones y crear nuevas alianzas entre ellas. En definitiva, para no incurrir en la monótonia y salir de ese costumbrismo rutinario que nos aleja de la creatividad, es necesario ensayar nuevas asociaciones de imagenes.
Menos conformismo y más imaginación.
Imagen: Montaje gráfico.
Autor: El Argonauta Enmascarado.
<< Home