Una mirada perdida hacia la tristeza del distante horizonte. Es llevar el pensamiento, muy cerca del infinito, por languideces repletas de fragancias húmedas. Parece que el pensamiento penetra profundamente en las guarnecidas interioridades del entendimiento, buscando los recuerdos más nostálgicos. La reflexión se hace más pausada, más lenta, más intensa,.. y los ojos pierden la atenta fijeza, inmersos en la melancólica atmósfera del crepúsculo otoñal.
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