Parece ser que de vez en cuando padecemos circunstancias en las que nuestro estado de ánimo está "bajo mínimos". Es probable que este tipo de situaciones tengan que ver con momentos de duda traducida en insatisfacción, en dilemas existenciales, en carencias sentimentales o incluso que la obsesión sea el caballo de batalla de nuestro entendimiento.
En estos trances, pienso, que nos hace falta recibir el mejor de los excesos para nuestra delicada situación: la ternura.
La ternura es el fármaco simbólico para combatir, con notables garantías de éxito, nuestros delicados momentos de desaliento.
La ternura es “la sílaba tónica” de aquellos/as que saben amar.
foto(fragmento): alexey naumov
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