Es difícil cultivar nuestro mundo interior viviendo sumergidos en un universo donde “el becerro de oro” está representado en forma de poder, dinero, egoísmo, injusticia, desigualdades, imposiciones,…Es ese mundo del ”tanto tienes, tanto vales”.
Nuestra voluntad vive condicionada por la manipulación del propio sistema. Intentamos revelarnos. Proponer argumentos racionales a tanto despropósito, pero nuestras revoluciones son engullidas por el propio engendro.
En el estado relacional y social que la humanidad de “arriba del puente” ha impuesto a los que vivimos debajo, es necesario, para llegar más allá de las certezas, abstraerse de la esperpéntica quimera que nos devora.
Para mejorar nuestro mundo, es imprescindible aislarse de la cotidiana realidad que padecemos, imaginando otros pilares que sustenten, con argumentos diferentes, nuestra existencia. Procurando que todos estemos ubicados, con la debida dignidad, “arriba del puente”.
Nuestra voluntad vive condicionada por la manipulación del propio sistema. Intentamos revelarnos. Proponer argumentos racionales a tanto despropósito, pero nuestras revoluciones son engullidas por el propio engendro.
En el estado relacional y social que la humanidad de “arriba del puente” ha impuesto a los que vivimos debajo, es necesario, para llegar más allá de las certezas, abstraerse de la esperpéntica quimera que nos devora.
Para mejorar nuestro mundo, es imprescindible aislarse de la cotidiana realidad que padecemos, imaginando otros pilares que sustenten, con argumentos diferentes, nuestra existencia. Procurando que todos estemos ubicados, con la debida dignidad, “arriba del puente”.
<< Home