Fluyen las ideas y los posicionamientos con respecto a situaciones de la vida en las que hay que tomar decisiones. Parece ser que en demasiadas ocasiones las resoluciones se toman atendiendo criterios que agudizan desmesuradamente el propio interés, aunque para ello dejemos de un lado el de los demás. Es esa errónea forma de manifestar descaradamente un excesivo aprecio personal frente al ejemplar concepto entendido como altruismo. Esa diligencia por procurar el bien ajeno, por convicción, sin pedir nada a cambio, empieza a ser una angustiosa quimera que tambalea, entre otros, los cimientos de la amistad.
Si nos saciamos de idealismo, seguramente estaremos sembrando la vida de generosidad.
Si nos saciamos de idealismo, seguramente estaremos sembrando la vida de generosidad.
El Argonauta Enmascarado.
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