Se van proyectando las imágenes guardadas celosamente en el baúl de los destinos. El supuesto azar va ordenando y asignando las eventualidades a las diferentes acciones y sucesos. Todo parece estar preparado según los códigos de la causalidad y el efecto, que luchan contra los argumentos de la fortuna.
Según algún guión escrito en su momento, cabe pensar que el azar es una ilusión perversa de algo que en realidad tiene señas, rumbo y dirección, aunque la fuerza que actúa inevitablemente sobre las personas y los acontecimientos sea incomprensible e inexplicable.
Quizá, pueda ser, confundamos el azar con la incomprensión y desconocimiento de muchas situaciones inalcanzables mentalmente, vinculadas con la causa-efecto de los fenómenos que acontecen a nuestro alrededor.
Quizá, pueda ser, confundamos el azar con la incomprensión y desconocimiento de muchas situaciones inalcanzables mentalmente, vinculadas con la causa-efecto de los fenómenos que acontecen a nuestro alrededor.
El Argonauta Enmascarado.
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