Seguramente el conformismo es una de las causas que nos aboca con mayor claridad a esa sensación de insatisfacción. Es fácil caer en sus garras y es perezoso, después, eliminar su abrasador lastre. La sociedad occidental se rige por unos patrones que dejan pocos huecos por donde escapar del tedio acostumbradamente acumulado. Todo se predispone para que, poco a poco, vayamos dejando pocos espacios que nos animen a indagar otros mundos que vayan por senderos diferentes a los marcados por las rígidas y aburridas normas de nuestro, molesto y empalagoso quehacer laboral y rutinario.
No conformarse, abrir la mente y mirar al otro lado de la rutina, seguramente, es la forma más beneficiosa de afrontar y saborear nuestro paso por este efímero espacio que llamamos vida.
El Argonauta Enmascarado.
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