La naturaleza racional, poseedora de los atributos del ser y vinculada a su base sustancial, acciona los engranajes que alimentan la máquina de la conducta humana, desde los postulados sumergidos en las aguas de la subsistencia, aromatizadas con los perfumes de la independencia, la libertad, la responsabilidad, la espiritualidad, la creatividad,… Todo ello, desde la singularidad que define nuestra condición de individuos abiertos al respeto de los condicionados límites conductuales que definen, también, la actitud de nuestros semejantes.
Todos nos adherimos a una jerarquía de valores que libremente adoptamos para comprometernos responsablemente con nuestro mundo interior y exterior.
Todos nos adherimos a una jerarquía de valores que libremente adoptamos para comprometernos responsablemente con nuestro mundo interior y exterior.
El Argonauta Enmascarado.
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