Se determinan las trayectorias al amparo de aquello que marca nuestro empeño. La persona, tanto a nivel interno como externo, debe precisar sus acciones en función de su voluntad a la hora de dirigir sus actos. Necesita marcar aspiraciones que espera lograr. Son objetivos salpicados por el aroma de la perseverancia y la constancia. Es un fluir de intenciones que pretendemos llevar a buen puerto. Es la tenacidad, la que debe alumbrar nuestras metas con el único propósito de intentar llegar a todo aquello que pretendemos. Y con la única barrera que nuestras razonables limitaciones propongan.
La convicción y consistencia de la determinación que manifestamos frente a los objetivos vitales, llena de solidez nuestro proceder.
La convicción y consistencia de la determinación que manifestamos frente a los objetivos vitales, llena de solidez nuestro proceder.
El Argonauta Enmascarado.
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