Según el diccionario, vidriera es un bastidor con vidrios con que se cierran puertas y ventanas. En la fabricación de las vidrieras de colores, la primera operación es la composición del cartón, o sea dibujar el motivo al tamaño en que se ha de realizar, y colorearlo. Este cartón sirve de modelo al profesional, quien saca un calco del mismo y lo reproduce sobre un papel liso e indeformable. Este papel, colocado sobre un chasis transparente, se recorta en trozos (plantillas) con los que se forman tantos grupos como colores entren en la composición. De acuerdo con estas plantillas, el técnico recorta el vidrio de diversos colores que luego encaja en tiras de plomo con ranuras en los cantos (vergas).La edificación gótica convierte el muro de piedra de la catedral en un muro traslúcido. De ahí que puedan abrirse grandes ventanales y que se cubran con vidrieras polícromas para buscar un nuevo sentido a la iluminación de los edificios. En el interior de la catedral gótica, la luz crea un espacio simbólico, coloreado y cambiante, con connotaciones de profundo carácter religioso, que se diferencia claramente de la iluminación del exterior.
España no tenía gran tradición en el arte de la vidriera. Sin embargo, el conjunto que ofrece en la catedral de León puede parangonarse con las de Chartres, Reims o Amiens. La autoría de las vidrieras leonesas, debido a que presentan modelos iconográficos franceses y una tecnología aplicada sin titubeos, se ha atribuido, por lo menos en las más antiguas, a la obra de un taller francés, vinculado con alguno de los edificios citados (quizás con Amiens, en donde la vidriera se extiende, como en León, al triforio).
El estudio de las vidrieras de León es complicado, en gran parte debido a las restauraciones que sufrieron durante el siglo XIX, en las que se utilizaron arbitrariamente partes de unas para completar otras, se cambiaron algunas de lugar sin tener en cuenta su correcta lectura iconográfica, y se rehicieron con exceso de imaginación las que faltaban.
España no tenía gran tradición en el arte de la vidriera. Sin embargo, el conjunto que ofrece en la catedral de León puede parangonarse con las de Chartres, Reims o Amiens. La autoría de las vidrieras leonesas, debido a que presentan modelos iconográficos franceses y una tecnología aplicada sin titubeos, se ha atribuido, por lo menos en las más antiguas, a la obra de un taller francés, vinculado con alguno de los edificios citados (quizás con Amiens, en donde la vidriera se extiende, como en León, al triforio).
El estudio de las vidrieras de León es complicado, en gran parte debido a las restauraciones que sufrieron durante el siglo XIX, en las que se utilizaron arbitrariamente partes de unas para completar otras, se cambiaron algunas de lugar sin tener en cuenta su correcta lectura iconográfica, y se rehicieron con exceso de imaginación las que faltaban.
Siento la frescura del espacio, iluminado por los rayos multicolores, de los huecos abiertos en los muros de piedra. Todo es un salir de las tinieblas del pasado y entrar un mundo alegre, que proyecta vitalidad y reafirma a la razón como conductora de nuestro propio destino.
En interior del espacio, te sientes importante, controlas la situación abstrayendo un mundo de sensaciones placenteras. Los ventanales proyectan tanto amor como belleza.
Una experiencia inolvidable es abstraerse, visual, mental y espiritualmente, en el interior de la Catedral de León.
El Argonauta Enmascarado.
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